A lo largo de mi vida me he visto en situaciones que me superaban: rupturas dolorosas, relaciones que me dejaron hecha polvo, trabajos que me vaciaban y momentos en los que me sentía perdida, sin rumbo y sin salida. No te hablo desde la teoría, hablo desde haberlo vivido en carne propia.

Durante años sostuve lo que me hacía daño, me engañé creyendo que podía con todo y me forcé a encajar en moldes que no eran míos. Hasta que llegó un punto en el que ya no pude más. Ese fue el clic: dejar de maquillar lo que pasaba y empezar a mover lo que realmente necesitaba cambiar.

Esas experiencias me enseñaron que los momentos más duros no vienen a destruirte, sino a mostrarte que ya no puedes seguir igual. Son la sacudida que te empuja hacia ese cambio que necesitas cuando tu personaje ya no te sirve, cuando ya no estás a gusto en tu propia piel. 

Por eso hoy acompaño a personas que están en ese mismo límite: cuando la vida se tambalea y necesitas alguien que entre contigo en la tormenta y te ayude a ver claro. Mi trabajo es ponerte delante lo que evitabas, darte dirección y ofrecerte herramientas prácticas para que dejes de repetir la misma historia y empieces a recuperar el control.

Y que estés aquí leyendo esto tampoco es casualidad. Tal vez ha llegado tu momento de decir “ya basta” y empezar una transformación de verdad.